sábado, 28 de mayo de 2011

Querido diario:

la tonta enamorada, te vuelve a escribir de él. Raro, ¿verdad? Hoy he estado con él, ya lo echo de menos. ¡Qué estúpido!, ¿no? Pues ayer también lo vi, y te puse exactamente lo mismo que ahora. Supongo que es culpa del niños este que anda en pañales, con sus ricitos dorados, volando por ahí y lanzando sus flechecitas de amor. Oye, ¡qué yo no te mandé que me lanzaras ninguna! Críos... Aunque bueno, al final, el amor no es tan horrible como lo pintaba. Sí, increíble, pero cierto... espero que mi "yo" de antes, no lea esto, pero sí, me gusta el amor. Me gusta cuando me besa y me sube como una erupción desde el estómago hasta la garganta. Me gusta cuando me acaricia con delicadeza, hace que se me erice la piel. Me gusta cuando me abraza y luego me pide perdón por si lo ha hecho muy fuerte. Me gusta cuando me dice que me quiere y yo le discuto que yo más. Me gusta cuando después de estar con él, se me queda su olor. Me gusta... me gusta él.


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