martes, 6 de septiembre de 2011

se iba acercando, pero lentamente.

 como siempre, hace la espera, para que el encuentro sea fuerte. yo no aguanto más, y no doy evitado el correr hacia él. por fin; después de unos segundos, me pides perdón por si tu abrazo ha sido demasiado fuerte. me gusta, me gustas. yo, desde mi metro sesenta y cuatro, miro hacia mi metro ochenta preferido. sus ojos brillaban, les gustaban verme allí. sus pecas, seguían en su sitio. y su piel de pollo, al darle mi beso en su cuello, no había cambiado. todo estaba perfecto. todo estaba en orden, NADA, había cambiado. no olvides quién eres, quién soy, y quienes somos. que si en algún momento se te olvida, yo estaré ahí, para recordar. - y que si me vuelvo a ir, no quiero que cambie nada, ¿está claro?

No hay comentarios:

Publicar un comentario